Visita guiada a la exposición de Gerd Knäpper en Valencia

Por MJ. Sarmiento • 24 de febrero, 2009 • Tema: Artículos, Conferencias, Destacados, Exposiciones, Recomendados

Valencia, 29 de enero de 2009, día de la inauguración de la exposición de Gerd Knäpper en el Museo Nacional de cerámica «González Martí».

El artista –en la imagen, segundo por la izquierda- entre el traductor y Liliane Cuesta, conservadora del museo valenciano y coordinadora de la muestra, fue presentado al público asistente por el cónsul honorario de Alemania, Ilmo. Sr. D. José Luís Cervera, quien destacaba en su discurso lo que en síntesis según su percepción es característica principal de la obra del artista alemán residente en Japón: Una obra cerámica de extraordinaria factura en la que se aprecia la combinación del carácter alemán en el rigor de la estructura junto a una poética oriental asentada en la contemplación de la naturaleza y la sabiduría de la tradición cerámica del Japón en la aplicación del horno Noborigama con el que el ceramista trabaja. A la derecha de la foto, junto al cónsul, la presencia del ceramista Mariano Poyatos, coordinador de los I Encuentros Internacionales de Arte – Culla Contemporánea (2007, Castellón), en los que Gerd Knäpper ha sido artista participante, en calidad de invitado de honor.

Knäpper  junto a una imagen de su horno Noborigama Lugar, inspiración y proceso

Desde finales de los años sesenta, Gerd Knäpper (Alemania, Wuppertal 1943) vive en Japón, donde ha desarrollado una carrera como escultor y ceramista independiente, hasta el punto de que el éxito obtenido allí determinó su residencia de modo definitivo al formar una familia (contrajo matrimonio con una japonesa) y consolidar en la tranquilidad del campo un lugar idílico (Tarasoka, “estudio-galería” y hornos de leña) para la creación de su obra personal.

El mismo artista nos lo comentaba durante la inauguración de esta exposición en Valencia, afirmando que cuando fue a Japón para ampliar conocimientos dentro de la especialidad cerámica no tenía intención de quedarse nada más que dos o tres años; sin embargo, el éxito que obtuvo con su trabajo como hemos dicho fue decisivo. Bernard Leach le recomendó al prestigioso maestro Tatsuzo Shimaoka (quien le aceptó como ayudante en su taller de Mashiko por un tiempo, después de estudiar en Seto con Suzuki, su destino después de recorrer diversos países y embarcarse desde Estados Unidos hasta Japón, atraído sobre todo por la cerámica). Entre los diversos reconocimientos obtenidos en el país del sol naciente seguramente fue decisivo para su futuro conseguir el gran premio otorgado por el Primer Ministro de Educación (I Premio de Cerámica Artística, Tokio 1971, a una cerámica tradicional japonesa), para sorpresa de todos, incluso de los miembros del jurado, ya que se trataba de una obra contemporánea de carácter japonés cuyo autor resultó ser un extranjero (un ceramista originario de Alemania, formado entre Alemania, Estados Unidos y Japón).

Sin embargo, Gerd Knäpper no considera su obra ni alemana ni japonesa sino inspirada en el arte primitivo y moderno de muchas culturas. «Como artista -dice- no me considero a mi mismo ni japonés ni alemán. Gracias a mi singular situación, mi obra posee una estructura independiente tanto del Este como del Oeste».

Gerd Knäpper, imágenes de izqda a dcha ONDAS / TORSO (65 x 39 x 30 cm) 2001

Técnicamente la obra de Knäpper se ha realizado fundamentalmente en un horno Noborigama, utilizando pino rojo como combustible (su horno tiene cuatro cámaras construidas en pendiente, sin contar la cámara de fuego para la leña) y consolidada en una cocción rápida -36 horas-, alcanzando 1280-1300 grados centígrados. Un número importante de piezas presentan el color tostado del flameado sobre la arcilla y un “autoesmaltado” que en los bajorrelieves de las piezas talladas revelan un difuminado bastante regular, conseguido posiblemente como resultado de aplicar en crudo un engobe de ceniza, fundido en el cuerpo de la arcilla al ser sometido a tan altas temperaturas, madurado y soldado por toda la superficie junto a los restos de cenizas y sales volátiles.

Visita a la Exposición

Tres fotografías murales, instaladas en la sala, muestran el entorno del taller-estudio del artista: en una se ve un precioso paisaje nevado, con los campos y los edificios de la residencia Tarosaka en Daigo, donde Knäpper ha devuelto todo el esplendor a la antigua finca tras una impecable restauración efectuada en los edificios originales construidos con madera y la tradicional cubierta de paja trenzada; en la segunda foto, podemos ver el horno Noborigama; y en el tercer panel, al autor en el patio de la casa seleccionando piezas para una importante exposición que se celebró en Tokio, en la que se mostraron entre otras obras significativas de su sello grandes platos y bandejas de sesenta centímetros. Dicha puesta en escena es sin duda un documento singular para entender el ambiente del artista, la tranquilidad del campo donde desarrolla su trabajo, su relación con el entorno rural -en una vecindad de apenas siete granjas-, donde el maestro es el único ceramista del pueblo.

Las formas se completan con decoraciones talladas y trenzadas en un estado de la arcilla que se denomina «dureza de cuero»; un lenguaje personal que busca la representación del movimiento (el viento sobre los campos, en el cielo y el agua). La tierra chamotada y la marca del fuego de leña potencian aun más la precisión de las aristas, la tensión de un modelado virtuoso; no se trata de una mera decoración, el relieve forma una parte indivisible del objeto y no hace sino subrayar la arquitectura de unas formas sugerentes -construidas en secuencias equidistantes-, mediante un recurso de torsiones y virados que se ven realzados en aquellos Vasos que descansan sobre sus propios pies –elevándose ligeramente a unos centímetros de la base.

El eco de estas formas parece proceder de un sonido primigenio, presente en las ondulaciones y esculpido del viento en el agua, o, en la arena, en la arquitectura de las conchas de mar o de las plantas, en un lenguaje que evoca una percepción casi gaudiniana donde la mirada se alimenta al contemplar la naturaleza. Otros diseños recuerdan secuencias presentes en los esmerados tejidos orientales hechos con fibras vegetales, o la disposición en capas que va formando una corteza como se puede ver en la imagen de esta corteza de palmera que hemos fotografiado (potenciada la sensibilidad, después de contemplar la exposición se nos presentaron en una dimensión muy sugerente los troncos de las palmeras de Valencia).

Para mostrar la obra de Knäpper, las dos salas de la planta superior del «González Martí» se han llenado de cerámica con varios ejemplos (piezas firmadas con su sello personal y realizadas entre 1983 y 2008), algunas de estas obras son replicas en metal (bronce, y aleación de cromo-niquel), otras litografías manuales, impresas sobre papel Washi (también hecho a mano con corteza de morera, una artesanía muy apreciada en Japón) en las que se han plasmado los diseños de las vasijas. Los objetos cerámicos son variados y de mayor o menor escala, piezas únicas, -desde vasos y platos de carácter escultórico hasta formas que son propiamente esculturas (estelas) pero cuya forma surge dentro del lenguaje de la alfarería. También hay otras piezas de menor tamaño, destinadas a un uso utilitario como cuencos, vasos para Ikebana, utensilios para la ceremonia del té: taza (Chawan), el recipiente que se utiliza en la ceremonia del té para el agua fresca (Misuzashi), alguna botella para sake (Tokuri) con sus correspondientes tazas (Guinomi), tarros para el té, cajas para el incienso (Kogo), botellitas de agua (que los japoneses utilizan para disolver la pastilla de tinta caligráfica), platos, bandejas, etc.

Todo se ha dispuesto sobre módulos blancos, así como en vitrinas (las piezas de mano) o en la pared (los grabados enmarcados). El recorrido por consiguiente debe ser pausado –hay mucho que ver- para poder apreciar y dedicar el tiempo necesario a cada pieza.

Las obras de Gerd Knäpper ganan mucho al natural, en mi opinión la cerámica y concretamente este tipo de objetos resultan mejor en directo, generalmente esto suele ocurrir con las mejores piezas y en particular con las de cocción de leña (por la sobriedad y profundidad del color y los matices que presentan); por otra parte el arte que trata de la alfarería suele ser más íntimo que la escultura monumental, así es que las imágenes difícilmente recogen todo el misterio de un objeto en el que la escala, el peso y la textura, son elementos esenciales que forman un todo.

Detalle de la muestra en el Museo González Martí, Valencia

En cuanto a la disposición de las obras, hay que tener en cuenta que las bases o módulos solo son un “mobiliario” adicional, es decir provisional, para distribuir las piezas en la sala, así es que en mi opinión es preferible eliminarlo mentalmente durante la contemplación, ya que resulta como algo ajeno a su entorno natural, es decir en el que realmente cobrarán vida y mostrarán todo su esplendor las cerámicas: cuando se dispongan en la mesa (para disfrutarlas en la mano), o -en el caso de las de mayor tamaño- en el tokonoma y si en una casa de diseño moderno ocupando un lugar especial donde se pueda disfrutar tranquilamente con su contemplación, o incluso en un jardín si se trata de aquellas de mayor escala, siendo el exterior lugar donde también pueden situarse sin inconveniente -las piezas cocidas en alta temperatura pueden resistir hasta las más adversas condiciones climáticas. Teniendo todo esto en cuenta comenzamos la visita a la exposición saboreando cada objeto, uno a uno, detenidamente. La obra lo merece, y comprobando que estamos ante piezas dignas de museo, no podemos evitar el pensar que sería una buena noticia si al menos alguna de estas obras se quedase en España (adquiridas por alguna institución, museo, o formando parte de alguna colección privada).

Texto: Mª Jesús Sarmiento / Fotos: Cortesía MNC «González Martí», Valencia (España)

Información

La exposición podrá contemplarse en Valencia hasta el 26 de abril de 2009 y después viajará de vuelta hasta Alemania, pudiéndose contemplar en Munich del 27 de mayo al 30 de septiembre de 2009 (Nationals Völkerkundemuseum, München).

Catálogo de la exposición

Edición: asociación de Amigos del museo Nacional de Cerámica; Patrocinio: TÜV Rheinland Group Asia; Textos: Jaume Coll, Claudius Müller, Antonio Vivas, Kenji Kaneko, Seizo Sasaki, Ingeborg Wiegand-Uhl, Gerhard Bott, Gerd Knäpper, Fujio Koyama, Tetsuzo Tanigawa; Páginas 184, ISBN 978-84-612-8619-5; Idiomas: Castellano, Valenciano, English.

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