Extracto de la conferencia TIERRA – SIGNOS – ESCULTORES
(Se trata de unos apuntes comentados a lo largo de 40 imágenes y de un film de 7 minutos, por el catedrático Kosme de Barañano, en el aula del edificio Altabix de la Universidad Miguel Hernández de Elche, el 5 de mayo del 2006. Curso organizado por el Instituto de Cultura Gil-Albert de Alicante.)
El impulso a marcar algo en un soporte, ha sido siempre asociado con el deseo de decir algo sobre el mundo. Estos pensamientos (statements gráficos) han sido intuitivos y frecuentemente expresados en forma simbólica, pero son fundamentalmente pensamientos acerca de la forma de estar en el mundo del hombre y de su habilidad para comprender y hacer mejor un contexto vital.
Voy a referirme en esta charla a tres artistas muy diferentes, que utilizan la tierra y la forma de dejar su impronta, sus signos, de maneras muy particulares y muy distanciadas entre ellas.
Hablaré aqui y ahora de tres escultores
en barro
en tierra cocida
en cerámica
con tres formas de imprimir, de experimentar, en este material
sus diferentes signos, su diferente pensamiento visual:
es decir, de TIERRA- ESCULTORES y SIGNOS.
1.
CHARLES SIMONDS, 1945 New York
TERRITORIOS POÉTICOS
La obra de Simonds comienza a finales de los sesenta con los dwellings, urbanismo de corte bonsái realizado con tierra sin cocer, es decir, derretible en cualquier momento. Construye escenografías urbanas de paisajes aborígenes, de pueblos extraños, lejanos a la civilización neoyorquina, y los coloca a lo largo de agujeros, ruinas, esquinas de la ciudad como una cigüeña que va poniendo sus nidos no en lo alto de los campanarios de los museos sino en los rincones mas insospechados de los barrios. Sus características frente al pop y al minimalismo son la inmediatez, la pequeñez, la fragilidad, el anonimato y el incógnito.
Busca los lugares del abismo en la ciudad, no construye formas puras sino las más frágiles y con el material más liviano: el barro.

Charles Simods, Performance en la playa
2.
EDUARDO CHILLIDA, 1924 – 2002 San Sebastián
CHILLIDA: SISTEMA Y SIGNOS
Chillida sigue un sistema de signos que se apoya al menos en tres registros: en un equilibrio asimétrico, en un movimiento virtual, y en el ritmo de sus secuencias.
Estos signos de Chillida en la tierra cocida, en la chamota, UNA TIERRA QUE PESA, tienen una caligrafía que respira, que de nuevo nos devuelve al sentido de la piel. La caligrafía de Chillida, incluso en sus momentos orientalizantes, busca más la vibración, su temblor o su respiración (la dinamización del espacio) que la concentración del trazo del expresionismo americano.

Eduardo Chillida, Lurra, Oxido 42
En las tierras llamadas lurras por el artista, se detectan también diferentes procesos técnicos (tierras dibujadas con cortes de cuchillas o pincel, tierras cocidas en hornos de leña que adquieren así el color específico de los metales que contienen, o tierras cocidas en hornos eléctricos, es decir, con saturación de oxígeno, y por lo tanto más asépticas, más blanquecinas, etc.). En las lurras la espacialidad viene pues trabajada en dos frentes, en un doble lenguaje: el de la perforación -la talla del cuchillo que las abre y excava- y el de lo impreso con el óxido de cobre que marca el espacio negro.

En la obra La casa del poeta transciende Chillida lo escultórico para buscar la arqui-tectura, el texto original del concepto espacio.
3.
JOSE ANTONIO SARMIENTO, 1956 León
LA MATERIA CONSAGRADA AL FUEGO
Para Sarmiento esculpir no es imponerse a la materia es manejarla, es actuarla con las manos, vuelta a una artesanía original, vuelta a la significación de la materia y al dominio del fuego.
La materia arcilla no es el principal medio de la composición de los trabajos en cerámica: son las manos y la mente del artista moldeando la arcilla y manejando el fuego como un director de orquesta maneja una partitura (la arcilla) y a los músicos que la hacen viva (el fuego).

José Antonio Sarmiento, Nebulosidad
Desde 1989 en el taller y hornos de San Cibrián de Ardón, León, Sarmiento trabaja incansable en la aventura de la cocción con leña en alta temperatura. Trabaja fundamentalmente lo que llamamos gres (del francés grès, arenisca) una cerámica cocida a muy altas temperaturas y repito siempre con horno de leña.

José Antonio Sarmiento y su anagama-noborigama
Los hornos hablan en el sonido de la leña, en el sonido del fuego y en el sonido del roce de la llama sobre los objetos. Este lenguaje del fuego construido y encerrado en el noborigama es uno de los virtuosismos de la técnica de Sarmiento.
Kosme de Barañano