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Rosa Cortiella: «Allá, donde el mundo se acaba…»

Por • 6 de febrero, 2009 • Tema: Exposiciones, Recomendados, Textos

Allà, on el món s’acaba …
Exposición temporal en el Museo de Cerámica, Barcelona

Rosa Cortiella (Barcelona, 1965) utiliza arcilla blanca, el gres y la porcelana para explorar y desarrollar un mundo fantástico e imaginario con el que aproximarse a una literatura de ficción. Por medio de cinco instalaciones de reciente creación, la artista se propone desencadenar en el público sensaciones de sorpresa, expectación, e ilusión y sobresalto. Un universo de naturaleza, luz y color que antepone lo que es imaginario a lo que es real.

(extracto del encarte de la exposición; edición: Museu de Ceràmica, Barcelona – Spain)

Hasta el 2 de mayo, 2009 podrá contemplarse la exposición ‘Allà, on el món s’acaba’

Por medio de la instalación el espectador es animado a deambular por un mundo imaginario: un bosque onírico en el que la paradoja se revela en sugerencias; propuestas artísticas con las que Rosa Cortiella, manejando una teatral puesta en escena, seduce al espectador hacia un caminar -como Alicia en el país de las maravillas- hacia el otro lado del espejo. Un amalgama de materiales -manufacturados unos (los industriales) y otros elaborados (la cerámica)- se han engarzado entre sí como las cuentas de un collar, hasta construir una narrativa decorativa sobre la que servir en bandeja un menú conceptual de sabores dulces y ácidos.

Rosa Cortiella, Arboles

Acceso a través de la obra: ‘Que los árboles no te impidan ver’ (2008)

Rosa Cortiella, Instalación 2

Otra perspectiva de la exposición de Rosa Cortiella

Visita guiada, desde una mirada crítica y subjetiva

LA VIDA SEGÚN EL COLOR DEL CRISTAL CON QUE SE MIRA
Mª Jesús Sarmiento

1. Entramos en la exposición a través de la obra Que les arbres no t’impedeixin de veu (que los árboles no te impidan ver), una gama de verdes ácidos en cerámica suspendida da forma a la recreación realista de un bosque.

2. El paseo por el bosque de bambú desemboca en un jardín animado, un camino sembrado con unos módulos (forrados con papel litográfico, con la imaginería de un césped) que sirven de peana para las esculturas Les Aparences enganyen (las apariencias engañan): objetos en forma de “piedras vivientes” (mostrando en su superficie inerte una caligrafía serigrafiada con diversos motivos del cuerpo humano, vísceras, cerebro…). En esta vida imaginada la recreación mineral de la mano de Cortiella nos promete tornarse palpitante.

3. La siguiente instalación con la que el espectador se encuentra: Mutans (mutantes) es, sin embargo y a nuestro entender, un guiño mas propio del lenguaje del artificio decorativo –al mostrar unos farolillos de porcelana, fibra y luz eléctrica, (con los pertinentes y visibles accesorios incluidos para su funcionamiento) reunidos en suspensión con apariencia de pequeñas linternas de papel, en una cadencia sincopada de diseño intachable (lámpara que enmarca una luz amarillenta, casi dorada, cual luciérnaga gigante de un bosque encantado).

4. Ikebana es la cuarta instalación, iluminada e interpretada por una especie de jarrones inacabados (de bizcocho cerámico) que se combinan con un maniquí articulado (de esos que se utilizan en las clases de dibujo artístico) para proyectar una sombra chinesca en la pared de tal modo que la visión del artefacto se trasforma en espectro ante los ojos de quien lo contempla. La sombra aparece en la imaginación cual un animal mitológico, ¿un dragón?, que por alusiones del enunciado y asociación de ideas entendemos de inspiración oriental (el caso es que en Oriente la simbología del dragón es reverenciado como representante de las fuerzas primitivas de la naturaleza y el universo).

5. Para terminar, se sale de la Instalación a través de una obra elástica (composición de muelles, tubos de goma transparente y cuentas de cerámica configurando un diseño gráfico); esta pieza, titulada Segona oportunitat (segunda oportunidad) evoca la abstracción de una gigantesca vagina por la que el transeúnte supuestamente saldrá a la realidad con ojos renovados (en un exorcismo de re-nacimiento), tras metamorfosis producida por la visión de esa «otra realidad» contemplada, traspasada, en la que todo o nada es lo que parece.

Rosa Cortiella, Segunda oportunidad

Salida de la instalación a través de la obra, ‘Segunda oportunidad’ (2008)

Algunos apuntes sobre la autora y su obra

Yo no conocía el trabajo de Rosa Cortiella (Barcelona, 1965) salvo una introducción a su trabajo en un libro de bolsillo sobre la cerámica catalana firmado por Dª Mª Antonia Casanovas (directora conservadora del Museo de Cerámica de Barcelona) que encontré hará unos tres años, y salvo alguna pieza aislada no había visto mucho más (siluetas de base cerámica -como si fuesen de cartulina recortada y coloreada- pintadas con acrílico, en un estilo pop, que me parecieron estar más en la línea de la ’Caja Brillo’ de Wharhol que en una fonética propia de los elementos de tradición cerámica (donde elementos como la textura, el esmalte o el fuego transcienden como sello diferenciador de otras disciplinas).

Aparentemente los objetos de Cortiella, más que estar hechos de cerámica, nos recuerdan a los objetos de policarbonato que bajo etiqueta de diseño el mercado acepta como tendencia actual. He de confesar que el trabajo que de esta artista vi en aquel momento, aunque no me disgustó visualmente, tampoco me atrajo especialmente, y no por el hecho de que ella utilice colores acrílicos y formas repetidas de secuencias interminables que como ya he dicho nos recuerdan irremediablemente a ciertos productos industriales. Aunque para mí no es motivo de prejuicio, según y cómo estos elementos se manejen (considero que el peso específico de la expresión artística es independiente del tema y de la materia), tengo que decir que tampoco vi (en esos elementos aislados) ni innovación ni mucho menos la audacia pretendida en aquellas siluetas con apariencia de piezas de puzzle (p. ejemplo: las exhibidas en Barcelona, Galería Sargadelos); o igualmente en Valencia, la obra ‘El peso de la ausencia’, 2004, que se incluyó en una colectiva comisariada por J. Miranda (en el MNC. González Martí -una agrupación de cilindros perforados, pintados en su interior con colores planos en tono magenta, rojo, naranja, amarillo…) Por un lado, en cuanto al tratamiento y la apariencia, su obra podría ser de cualquier otro material ¿porqué en cerámica? y no en papel maché, fibra de vidrio, cartón piedra, madera policromada, escayola, y pintarla con acrílico -a simple vista si es o no cerámica resulta irrelevante- y creo, si no me equivoco, que ésa es precisamente también la intención de su autora (transgredir, jugar con las apariencias). Ni siquiera la instalación Camuflage, (2005), presente en los fondos de obra contemporánea del Museu de Ceràmica de Barcelona, aunque de mayor complejidad que los anteriores objetos que he mencionado, me parece destacable en cuanto a ser cerámica. Dicho esto, espero que esta percepción no sea mal interpretada; así pues, debo explicarme mejor y para hacerlo nada más esclarecedor que insertar a continuación, como argumento de mi explicación, un texto de Mª Antonia Casanovas:

«Rosa Cortiella es una ceramista ingeniosa y original de gran personalidad que se ha mostrado siempre interesada por la riqueza plástica de la arcilla y por los ornamentos de colores, los más brillantes del mercado. Liberada de cualquier convencionalismo teórico, trabaja espontáneamente en la creación de instalaciones de gran fuerza expresiva (…) El elenco de colores que utiliza ya no pertenece a la gama cromática tradicional de colores cerámicos, sino que hace referencia a las tonalidades de otros materiales sintéticos y artificiales (…) Cortiella encuentra los que se adaptan a sus obras, los que enfatizan sus diseños, los que caracterizan su personalidad artística (…) Para ella, una obra debe iluminar desde dentro, respirar y moverse a través del color. Debe ser porosa a las sensaciones y despertar los sentidos.»(Extrc: Els Segles XX i XXI A les col-leccions del Museo de Cerámica de Barcelona, edic 2008 Barcelona /pág. 99, trad. pág 112 ‘Rosa Cortiella’ / MªA.C.)

Ahora todo está un poco más claro: no vamos a encontrar aquí esmaltes preciosos, ni flameados o bruñidos, ni complejidad en los procedimientos; sin embargo a la vista de la exposición ‘Allà, on el món s’acaba’ sí es obvio y hay que subrayar que la obra artística de Rosa Cortiella luce con todo su esplendor a través de su puesta en escena; en el lenguaje de la Instalación es donde su imagen lírica y teatral cobra vida, no desde la tramoya de cada objeto en-sí; no por su calidad en cuanto a materia cerámica, sino dentro del artificio que se produce a través del acto de representación del cuadro global incluyendo los procedimientos de elaboración elegidos -bastante sencillos por cierto pero sí de efecto. Es decir, «en escena» es donde todo se re-compone e interpreta, donde se crece y cobra vida cual diva en su noche de estreno. Entre las candilejas es donde se realiza su magia y lo prometido se cumple, transforma la realidad (más allá de la belleza) hasta re-colocar el sentido de la percepción (a través de una mirada renovada).

En mi opinión, si visitan esta exposición les puedo asegurar que captarán su esencia y no se sentirán defraudados.

    Información
    • Imágenes: Cortesía del Museo de Cerámica de Barcelona
    • Exposición: Allà, on el món s’acaba (Allá, donde el mundo se acaba)…
    • Fechas: del 20 enero – hasta 2 de mayo, 2009


Más sobre “El Juicio Final” de Caro

Por • 21 de abril, 2006 • Tema: Textos

A la entrada del 7 de abril, Las Terracottas de Anthony Caro, le hemos añadido el artículo publicado en EL CULTURAL (28 Junio, 2000), «Anthony Caro El Juicio Final». Una colaboración que agradecemos a Kosme de Barañano, autor de dicho texto.

El Juicio Final resume cincuenta años de trabajo, a la vez que se emparenta con los grandes relatos dramáticos, desde el propio Juicio Final de Miguel Ángel, pasando por el Guernica de Picasso o por los trípticos de Max Beckman. En palabras del propio Caro, en una conversación con Carandente, “no es posible producir arte hoy en día sin ninguna clase de referencia visual a una obra suprema como el Guernica de Picasso”. El Juicio Final de Caro desarrolla en el plano, como en sus anteriores Mesas, o en Olympia, un gran relieve que se convierte en arquitectura, un relieve horizontal que adquiere una armonía de arquitectura monástica, de contención religiosa, a pesar de la audacia de composición articulada, separada en varios sintagmas que parece que nada tienen que ver entre sí si no aparecen organizados en una frase.

Para acceder al archivo PDF que contiene el artículo volver a dicha entrada o entrar directamente en el mismo desde este enlace adjunto:

Anthony Caro El Jucio Final, Kosme de Barañano



El Renacer del Arte Aurático: sobre las cerámicas anagama de J-A. Sarmiento

Por • 3 de marzo, 2006 • Tema: Exposiciones, José Antonio Sarmiento, Textos

catdesinv.jpgEl presente artículo fue escrito y publicado originalmente para un encarte de la exposición «Después del invierno» de José Antonio Sarmiento. En él se tratan aspectos de teoría estética y de filosofía del arte, a través de la consideración de obra de José Antonio Sarmiento.

Para esta tarea se parte de distinciones como la de «arte aurático» (que aparece reseñada en el mismo título del artículo) y que viene a contraponerse a la de «arte post-aurático». Esta distinción tiene su origen en el escrito de Walter Benjamin titulado La obra de arte en la era de su reproducción técnica. Otras referencias utilizadas para realizar este análisis son la obra de Arthur C. Danto Después del fin del arte así como la concepción del arte como techné de Aristóteles.

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«Después del Invierno» en el Centro Hispano-Japonés

Por • 15 de marzo, 2005 • Tema: Exposiciones, José Antonio Sarmiento, Textos

JOSÉ ANTONIO SARMIENTO
“DESPUÉS DEL INVIERNO”
Cerámicas de anagama y noborigama

Del 2 al 22 de Marzo de 2005
CENTRO CULTURAL HISPANO-JAPONÉS
Salamanca (España)

WABI SABI

Algunas obras de arte, independientemente del lugar y tiempo a que pertenezcan, consiguen despertar en nosotros ese estado de contemplación del misterio. En el libro El Arte y sus lugares Antoni Tàpies habla de ello y de esa clase de trabajos que según sus palabras: «lejos de ser fantasías de artistas y poetas son una necesidad para nuestra salud (o salvación) tanto individual como colectiva».

«Después del Invierno» muestra cerámicas de José Antonio Sarmiento (León, 1956); alfarería actual realizada en un horno de estilo japonés anagama-noborigama. Trabajos de espíritu artístico y carácter informal que hasta hace poco el gusto occidental consideraba «heterodoxos», lo que ya no es así desde el conocimiento de la expresión actual que ha visto ampliado su horizonte con la profundización de otros planteamientos en materia de arte. Entiende J-A. Sarmiento que el momento de la vida actual necesita, más que nunca, la integración del arte en la misma. A ello se entrega sin descanso. En busca del sentido o la razón de ser, vivir y sentir el arte; sobre todo, se trata del Arte de la Vida. Toma para sí la sabiduría de la tradición pero hace el camino a la inversa, es decir parte de la extensión de la modernidad.

Los trabajos que contemplamos nos muestran las cosas tal y como son, aceptan la realidad. Son obra del hombre y de los elementos: la tierra y el fuego blanco ―alimentado con leña de pino durante siete días completos―, de la ceniza y el viento, del agua y del sentir el cambio de las estaciones. La conciencia del artista deja trabajar a la inconsciencia del artesano. José Antonio pone los medios para que todo se desarrolle del modo más natural posible. No hay premeditación, y, sin embargo, todo está hecho de modo consciente. Ante todo, para él es importante tomar parte en todas las fases del proceso, no abandonar la pieza en ningún momento. Surge el sonido: la sinfonía de la tierra silenciosa. Ante todo, libertad en las formas. Austeridad en el modo de trabajar: preparar la pasta cerámica y los esmaltes, la elección escueta de los colores (pocos, elegantes y profundos), el modo de concebir la obra y profundizar en el sentido de la misma. De cada uno de los pasos y de todos ellos transparenta un concepto estético universal próximo al Wabi Sabi. En Japón, Wabi Sabi son términos que describen un concepto de belleza absolutamente desprovisto de sofisticación, un sentir, un estilo de arte o mejor dicho un modo de percibirlo. De dicho concepto surgió la belleza del teatro Noh, la de los objetos contemplados por la estética Zen más austera, el poema breve o Jaiku, los jardines de piedra… ¿Cómo traducir a otras lenguas el significado de Wabi Sabi? No hay palabra que pueda expresarlo, mas a su espíritu nos acercan los versos de Fujiwara Teika (1162-1241):

Miro más allá
No veo flores
No veo hojas carmesí
En la playa, una cabaña solitaria con cubierta de paja recién cortada
En la luz menguante
De una tarde de otoño

Las cerámicas de José Antonio Sarmiento, que ahora pueden contemplarse en Salamanca, tratan del Arte de la Vida, de la hospitalidad.

MJ. S.


CRÍTICA:

– El amable Sr. Shunsuke Fujimori después de ver esta exposición publicó una reseña en la web (en japonés). Según nos dijo su «impresión objetiva», e incluye al comentario imágenes de la misma.

Texto: Shunsuke Fujimori; traducción al español: Saori Takiguchi (ver la versión original con imágenes en «reseña»).

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«Cerámicas/Yakishime» de José-Antonio Sarmiento

Por • 20 de diciembre, 2004 • Tema: Exposiciones, José Antonio Sarmiento, Previo Agosto 2005, Textos

JOSÉ ANTONIO SARMIENTO

«CERAMICAS / YAKISHIME»

Del 9 al 30 de Diciembre de 2004 / CENTRO CULTURAL CAJA ESPAÑA, León (España)

Hace más de dos décadas que José-Antonio Sarmiento (León, 1956) se trasladó al entorno rural para trabajar con hornos de leña. Desde entonces se ha dedicado intensivamente a la cerámica. En sentido formal, reemplazó los útiles de trabajo que anteriormente había manejado: el lienzo por la arcilla, el óleo por los esmaltes cerámicos y los pinceles de fuego, e incorporaba el aire a sus volúmenes. En sentido conceptual, su naturaleza artística vive la necesidad de reflexionar sobre la vasija como contenedor y contenido, o se plantea el sentido del arte desde la integración del mismo en el uso cotidiano. Desde la mencionada filosofía realiza sus piezas: a gran escala unas y otras de dimensiones más domésticas; mas es necesario subrayar que no hace distinciones en cualquiera de ambos casos, pues atiende a la necesidad de una actitud vital que siente del mismo modo la importancia del uso y la contemplación.

El siguiente pensamiento, atribuido al maestro Zen Ch’ing Yuan (Dinastía Tang), será útil para la ocasión:

Antes de estudiar Zen durante treinta años, veía las montañas como montañas y las aguas como aguas. Cuando llegué a un conocimiento más íntimo, llegué al punto en que veía que las montañas no eran montañas y las aguas no eran aguas. Pero ahora que he llegado a la misma esencia, estoy en paz. Porque de nuevo veo las montañas únicamente como montañas y las aguas de nuevo como aguas.

La obra de José-Antonio Sarmiento profundiza directamente en la materia cerámica en sí misma y lo hace de un modo que revela la presencia del fuego, elemento esencial en el contexto de su plástica. Algo similar a lo que la pintura es a la pintura en el drip de Jackson Pollock.

Yakishime es el término japonés que se refiere a las piezas cerámicas realizadas en hornos de leña de alta temperatura, a las huellas del gran fuego: es decir a los efectos naturales de las cenizas acumuladas, a los flameados (pinceladas de fuego) que presentan estas piezas, a todos los fenómenos naturales que ocurren dentro del horno. Se refiere a cerámicas realizadas en el hogar de la leña, en la misma «caja de fuego», para describir literalmente un paisaje natural creado por los elementos (la llama, el viento, el agua y los minerales) en complicidad con el azar y la experiencia de quien los maneja o implica su sentido artístico en tal acción.

Esta exposición, de la obra cerámica de José-Antonio Sarmiento, que para mí ha sido una satisfacción coordinar en León, muestra grandes platos y vasijas procedentes de diversas hornadas. Obra realizada durante 2003 y 2004, en el horno de leña anagama-noborigama por él construido al regreso de su estancia en Japón, siguiendo los principios de los antiguos hornos japoneses en pendiente, lo que supone largas cocciones con leña manteniendo la alta temperatura (1.320 °C) durante varios días, en este caso durante siete días con sus noches incluidas.

MJ.S.

Extracto del Texto del Catálogo

LA MATERIA CONSAGRADA AL FUEGO
por Kosme de Barañano

… /… Desde 1989 en el taller y hornos de San Cibrián de Ardón, León, José-Antonio Sarmiento trabaja incansable en la aventura de la cocción con leña en alta temperatura. Trabaja fundamentalmente lo que llamamos gres (del francés grès, arenisca.) una cerámica cocida a muy altas temperaturas (1.300-1.320 ºC) con horno de leña.

… /… Además de la arcilla y el fuego el primer momento de la creación de José-Antonio Sarmiento es el moldeado y el dominio del torno. El moldeado de J-A.S. no es el tradicional, sino la deconstrucción del tradicional.

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