Resultados del Maratón de cocción de leña en Jutlandia
Por MJ. Sarmiento • 1 de octubre, 2007 • Tema: José Antonio Sarmiento, Noticias, RecomendadosCeramistas llegados desde su respectivo país (Estados Unidos, Suecia, Alemania, Reino Unido, España y Dinamarca), fueron convocados en Dinamarca por Gregory Miller (Gendo Keramik), con el soporte de la universidad (Folk University) y la colaboración de la asociación de ceramistas de Børglum, para trabajar juntos por un tiempo. Se reunieron en la zona de Jutlandia Septentrional y realizaron sus intervenciones durante el I Maratón de cocción de leña.
Nordic Woodfire Marathon, Hirtshals
simposium celebrado en Gendo Keramik; carga del anagama
Ann-Charlotte, Anne-Mette, Dale, José Antonio y Markus
El evento -cuyo programa adelantamos en una de las entradas anteriores de este blog- se celebró durante los largos días próximos al solsticio de verano, en la antigua estación de Horne (Hirtshals), en el taller-estudio de Gregory Miller. Allí fuimos testigos de esa clase de alegría de la que habla Ortega, en uno de sus interesantes ensayos de estética («La verdad no es sencilla»).
De todos necesitamos en la gran obra que es preciso hacer ante el mundo: la gran obra consiste en labrar la nueva alegría… Ortega y Gasset (1883-1955)
Los artistas convocados pudieron trabajar con varios hornos, con leña y en la tranquilidad del campo: un anagama, un horno de sal, otro de soda y un horno túnel para cocciones rápidas (estilo Barney) –este último construido durante este simposium por Nic Collins, siguiendo el diseño planificado por G. Miller.
Nic Collins y su ayudante Pete Montgomery en el horno túnel
En esta ocasión, la cocción del anagama se efectuó en una hornada de alta temperatura durante cinco días completos; intervinieron en dicha hornada, bajo la dirección de José Antonio Sarmiento, los maestros: Dale Huffman, Markus Rusch, Anne-Mette Hjortshøj, Ann-Charlotte Ohlsson, con la colaboración de Bede Clarke y Keith Ekstam. Durante la fase final, antes de proceder a la última carga de leña, Sarmiento y Rusch sacaron en alta temperatura –del interior de la pequeña cámara que se encuentra entre la parte posterior del anagama y su chimenea- unos cuencos al rojo vivo (siguiendo el procedimiento conocido como «hikidashi-guro», dejándolos enfriar en oxidación).
De la dirección de los otros hornos se ocuparon: Gregory Miller en la cocción de sal en baja; Anne Mette Hjortshøj en la cocción de sal en alta; Janne Hieck en la cocción de soda. En el Horno de túnel Helena Andersson terminó sus obras con leña en baja temperatura, con la asistencia de Nic Collins y la colaboración de Pete Montgomery.
Horno túnel: Helena Andersson y Nic Collins
Gregory Miller, horno sal / Janne Hieck, horno de soda
Mirando el fuego
Cocción anagama, cinco días
En sentido conceptual y formal los autores, desde sus diferentes criterios, se expresaron con la arcilla de modo personal y diverso, compartiendo, tanto sus diversas perspectivas sobre el medio como su coincidente inquietud en cuanto a la elección del género principal del discurso: el carácter de la cocción inserto en el proceso creativo. Interacción que resultó muy estimulante para todos, artistas y espectadores.
Mientras todo ocurría, los visitantes -espectadores del maratón- iban y venían a lo largo de los días manifestando su satisfacción; entre el público fue un honor durante dos días contar con la presencia de los señores embajadores de Japón en Dinamarca (el excelentísimo Sr. Okada y su esposa).
Los Srs embajadores de Japón en Dinamarca fueron visitantes de honor
Los resultados de estas cocciones fueron excelentes –así lo revelaron las marcas del fuego y la ceniza-, como contemplamos en la exposición celebrada en Børglum Kloster. También en los cuencos para la ceremonia del té (chawan) elegidos por el Sr. embajador de Japón para la ceremonia del festival nipón celebrado en Fredrikshavn.
Fogoneros de leña al pie del Anagama: Helena, José-Antonio, Anne-Mette, Ann-Charlotte, Janne y Markus
Si los artistas consagran su vida a su trabajo, seguramente merece la pena un esfuerzo por entenderlo. Leer en los resultados es percibir toda actividad y erupción.
EL CONCEPTO DE OBJETOS-ESCULTURA
La obra de Helena Andersson, se implica en el tema escultórico utilizando una gramática de nueva construcción de la vasija, hasta reinterpretar su forma como landscape (paisaje): la potencia expresiva deja trascender en su monumentalidad esa otra clase de monumentalidad contenida en las obras de la naturaleza; parte de un modo de elaboración que nos recuerda el procedimiento de construcción de los contenedores más primitivos, y, sin embargo, ocurre que a veces no es claramente visible este procedimiento constructivo. Es entonces cuando decimos que la fuerza inspiradora del mencionado contenido, aunque oculta, reside en el interior de la forma y palpita desde la profundidad del paisaje que se formó como vasija.
En la obra de Janice Hunter, en cierto modo también encontramos similar inspiración, no en su escala sino en la manipulación prensil y táctil que, como método, conforma los volúmenes (formas orgánicas) de algunas de sus esculturas. Otras piezas, bandejas o platos, giran en torno al elemento representativo del entorno marino (pequeños peces, estrellas de mar, caracoles…) como pequeños grafismos que en un torbellino de color se han dispuesto para ejecutar el movimiento de una danza.
La obra de José Antonio Sarmiento representa la deconstrucción del contenedor simétrico, e insiste en su esencia desde su visión escultórica. Trasciende esta visión artística desde el contenido filosófico de su significado, mediante la preservación «aurática» de una interpretación conceptual de la vasija/cacharro (forma que es elegida como abstracción simbólica de lo humano); un soporte en el que nos plantea reflexiones sobre la relación del hombre, su naturaleza, su entorno, y en el que resume un lenguaje plástico de las formas objetuales -inserto en el compromiso con los elementos y la caligrafía de su carácter. Dicho de otro modo, la energía de su trazo pictórico y el modelado, emplea la misma concentración en la realización de una obra de gran escala y en un cuenco; y el divertimento, en la acción de la cocción sobre la superficie de arcilla, es el mismo que cuando aplica la pintura y el fuego sobre la tela.
Ann-Charlotte Ohlsson elabora -a mano-, con la paciencia que requeriría un bordado, pequeños cuencos con protuberancias que recuerdan formas de erizos o estrellas de mar, en una serie de pequeños “organismos” que expresan desde la escala reducida toda la complejidad y perfección de la arquitectura que apreciamos en la naturaleza.
EL ARGUMENTO DE LA VASIJA COMO ELEMENTO UTILITARIO
Desde otra perspectiva, no por ello menos contemporánea, las vasijas de Markus Rusch, Nic Collins, Janne Hieck y Anne-Mette Hjortshøj, entroncan con las raíces formales de la alfarería europea actual (studio pottery). Un trabajo construido dentro del mencionado pensamiento crítico. Sin olvidar que, a la vez que cada uno de estos artistas ha desarrollado la propia personalidad de sus formas, existe una interrelación artística basada en el control de determinados efectos propiciados en el tipo de cocción: a modo de elementos de intersección, entre la especialización de los conocimientos técnicos (a los que sin duda estos autores otorgan un importante peso específico dentro de su obra) y la visión del recuerdo de una interpretación expandida internacionalmente con la filosofía «mingey» (heredera de los planteamientos críticos del admirado Sôetsu Yanagi, Japón 1889-1961). Una posición donde la belleza se relaciona directamente con el confort del uso utilitario, el virtuosismo de la técnica y la sencillez.
En el trabajo de Gregory Miller vemos la fusión, entre Occidente y Japón, o su facilidad para expresarse en cada uno de estos lenguajes. De este modo su testimonio transciende tranquilidad, y, sobre todo, refleja la capacidad de construir «su» propio camino, a partir de la diversidad de unas vivencias. Resulta su obra una clase de cerámica actual, en la que respira la limpieza de una personalidad abierta. A través de su experiencia con los esmaltes y el uso de los hornos, este autor ha unificado una serie de conocimientos implícitos en la pureza de la técnica que son fruto de la maduración, de una sensibilidad enriquecida por el entendimiento de las diversas culturas. Concretamente, de los lugares donde ha vivido (Estados Unidos, Japón, y en el momento presente en Dinamarca); siempre en contacto con importantes artistas internacionales, desde su saber ver (modo de apreciar la calidad) e interesándose por las diferencias.
La obra de Dale Huffman puede identificarse dentro de una corriente americana de inspiración japonesa. Durante el transcurso del simposium le vimos realizar en el torno, entre otras bellas piezas utilitarias, unos cuencos para la ceremonia del té: formas construidas en pautas de ortodoxia oriental, y, no obstante, modeladas en el paso siguiente tras modificar su forma al más puro estilo del expresionismo americano (dejando caer una o dos de sus caras suavemente contra el suelo).
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