Barro, fuego, viento y ceniza
Por MJ. Sarmiento • 27 de enero, 2007 • Tema: Artistas, José Antonio Sarmiento, TécnicaEn el alfar de José Antonio Sarmiento (León, 1956) la libertad de las formas y la energía del trazo pictórico (mediante la aplicación de los esmaltes o la marca con fuego) son expresiones reveladas por el manejo del «fuego blanco». Con este compromiso el autor se complementa con el horno de leña, acción que de por sí significaría poco si no fuese porque la siente inseparable del acto de creación: un acto intencionado que con el manejo del fuego, el viento y la ceniza, le permite trabajar en orden a comprender las relaciones del hombre con los elementos.
Video Anagama-Noborigama
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Parte II
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Parte III
De las siguientes palabras de Adorno:
En la obra de arte se objetiva y alcanza su quietud un devenir. Por eso la objetivación es la negación del devenir que hace que éste se rebaje a ser un como-sí. Esta es la razón por la que hoy el arte, en una atmósfera de rebelión contra la apariencia, se rebela también contra las formas de su objetivación e intenta conseguir un devenir inmediato e improvisado en lugar de uno meramente fingido, siendo así que el poder del arte, es decir, su momento dinámico, se puede existir sin una tal fijación, sin una tal apariencia. (T.W. ADORNO,Teoría Estética p.363)
Podemos quedarnos con su valoración positiva de la importancia filosófica del devenir que precede a la objetivación. Sin embargo, como receptores del objeto, nos preguntamos ¿no es en el objeto donde se lee la profunda consecuencia de todos los acontecimientos? Desde ese otro lado, ese tiempo irrepetible se nos muestra en toda su consecuencia en el objeto. En la materialización es pues donde, como «espectadores/usuarios», podemos palpar el significado de lo que en este caso tal vez sirva para entender la verdadera función, el resultado y sentido del trabajo de José Antonio Sarmiento.