«Cerámicas/Yakishime» de José-Antonio Sarmiento

Por MJ. Sarmiento • 20 de diciembre, 2004 • Tema: Exposiciones, José Antonio Sarmiento, Previo Agosto 2005, Textos

JOSÉ ANTONIO SARMIENTO

«CERAMICAS / YAKISHIME»

Del 9 al 30 de Diciembre de 2004 / CENTRO CULTURAL CAJA ESPAÑA, León (España)

Hace más de dos décadas que José-Antonio Sarmiento (León, 1956) se trasladó al entorno rural para trabajar con hornos de leña. Desde entonces se ha dedicado intensivamente a la cerámica. En sentido formal, reemplazó los útiles de trabajo que anteriormente había manejado: el lienzo por la arcilla, el óleo por los esmaltes cerámicos y los pinceles de fuego, e incorporaba el aire a sus volúmenes. En sentido conceptual, su naturaleza artística vive la necesidad de reflexionar sobre la vasija como contenedor y contenido, o se plantea el sentido del arte desde la integración del mismo en el uso cotidiano. Desde la mencionada filosofía realiza sus piezas: a gran escala unas y otras de dimensiones más domésticas; mas es necesario subrayar que no hace distinciones en cualquiera de ambos casos, pues atiende a la necesidad de una actitud vital que siente del mismo modo la importancia del uso y la contemplación.

El siguiente pensamiento, atribuido al maestro Zen Ch’ing Yuan (Dinastía Tang), será útil para la ocasión:

Antes de estudiar Zen durante treinta años, veía las montañas como montañas y las aguas como aguas. Cuando llegué a un conocimiento más íntimo, llegué al punto en que veía que las montañas no eran montañas y las aguas no eran aguas. Pero ahora que he llegado a la misma esencia, estoy en paz. Porque de nuevo veo las montañas únicamente como montañas y las aguas de nuevo como aguas.

La obra de José-Antonio Sarmiento profundiza directamente en la materia cerámica en sí misma y lo hace de un modo que revela la presencia del fuego, elemento esencial en el contexto de su plástica. Algo similar a lo que la pintura es a la pintura en el drip de Jackson Pollock.

Yakishime es el término japonés que se refiere a las piezas cerámicas realizadas en hornos de leña de alta temperatura, a las huellas del gran fuego: es decir a los efectos naturales de las cenizas acumuladas, a los flameados (pinceladas de fuego) que presentan estas piezas, a todos los fenómenos naturales que ocurren dentro del horno. Se refiere a cerámicas realizadas en el hogar de la leña, en la misma «caja de fuego», para describir literalmente un paisaje natural creado por los elementos (la llama, el viento, el agua y los minerales) en complicidad con el azar y la experiencia de quien los maneja o implica su sentido artístico en tal acción.

Esta exposición, de la obra cerámica de José-Antonio Sarmiento, que para mí ha sido una satisfacción coordinar en León, muestra grandes platos y vasijas procedentes de diversas hornadas. Obra realizada durante 2003 y 2004, en el horno de leña anagama-noborigama por él construido al regreso de su estancia en Japón, siguiendo los principios de los antiguos hornos japoneses en pendiente, lo que supone largas cocciones con leña manteniendo la alta temperatura (1.320 °C) durante varios días, en este caso durante siete días con sus noches incluidas.

MJ.S.

Extracto del Texto del Catálogo

LA MATERIA CONSAGRADA AL FUEGO
por Kosme de Barañano

… /… Desde 1989 en el taller y hornos de San Cibrián de Ardón, León, José-Antonio Sarmiento trabaja incansable en la aventura de la cocción con leña en alta temperatura. Trabaja fundamentalmente lo que llamamos gres (del francés grès, arenisca.) una cerámica cocida a muy altas temperaturas (1.300-1.320 ºC) con horno de leña.

… /… Además de la arcilla y el fuego el primer momento de la creación de José-Antonio Sarmiento es el moldeado y el dominio del torno. El moldeado de J-A.S. no es el tradicional, sino la deconstrucción del tradicional.

J-A.S. desmoldea sus grandes platos, busca en ellos la disimetría y la des-objetualización. En el fondo no deconstruye sino que resignifica el objeto. El objeto toma vida propia, la del alma (psique, soplo) del artesano que pasa a ser artista. El filosofo Martín Heidegger habla de que en toda obra de arte hay dos momentos, uno que llama tierra y otro que llama mundo, es decir, la materia frente al significado. En estas obras de J-A.S. lo vemos claramente, estos grandes platos, son tierra en su forma de uso y en materia, pero son mundo, en esa transformación de objeto de uso a forma de pensamiento, donde la pieza crea el sentido. Como el puente de Heidegger no se establece en un lugar sino que crea el lugar, el lugar que une dos orillas y las hace significativas, estas piezas dan al uso del cuenco y de la fuente el sentido originario de recipientes, de recibir en su forma una disposición que va más allá del uso cotidiano.

Las obras de Sarmiento olvidan su geometría objetual, el sentido de plato, la firmeza del torno y se asemejan a organismos cuyo borde se transforma en pintura. Las piezas tienen el rango de escultura, pierden su sentido artesanal para constituirse en mundo, no en tierra, en forma y concepto. La fuerza del material, alcanza una profundidad y una intensidad que no tiene que ver con lo doméstico sino con lo artístico, con el gesto y la voluntad artística.

… /… En el área del Mediterráneo, incluida la Península Ibérica, y esa región poblada por iberos y romanos que hoy llamamos León, las diversas civilizaciones que han habitado sus orillas han usado el torno del alfarero para realizar todo tipo de bellas piezas. El arte de la cerámica, la utilización de la tierra cocida para crear objetos de uso cotidiano y de objetos de arte, se pierde en la noche de los tiempos.

En esta tradición se enmarca y surge el afán de J-A.S. que abandonando la pintura ha trabajado la cerámica una y otra vez, atraído por las posibilidades que le ofrece el material, por la ductibilidad con la que se adaptaba a su imaginación. Parece recordar aquellas palabras del Libro de la Sabiduría que dicen: «manipulando la arcilla laboriosamente el alfarero da forma a sus jarras para nuestro uso, pero de la misma tierra crea sin distinción el que ha de servir a un honorable fin y el otro. Mas es el moldeador de la arcilla el que decide la finalidad de cada uno». A los amantes de su genio ha de seducir esta exposición de piezas en las que la forma de su uso cotidiano se transforma en piezas únicas con el toque y el duende del artista.

Estas piezas cerámicas de José-Antonio Sarmiento hablan a través del objeto cotidiano -sobre el que las manos y el pincel del artista se inclinan (modelándolo, esculpiéndolo, pintándolo o grabándolo, es decir metamorfoseándolo)-. En ellas se cuece y se plasma el lenguaje del hombre, el de sus mitos y el de su historia. Poseen -o mejor dicho adquieren- la vitalidad exuberante, el humor y la melancolía, el pensamiento vital del artista, encerrándolas en el misterio telúrico de la materia consagrada al fuego.

Prensa

El Mundo / La Crónica de León, 13 de Diciembre de 2004

CULTURA: Exposición de José-Antonio Sarmiento

GESTOS DE TIERRA Y FUEGO
por Javier Hernando

La cerámica ha pasado en el mundo contemporáneo a integrarse, como otras muchas técnicas y disciplinas, en el ámbito de la creación artística. Y no me refiero tanto a los artistas que han hecho incursiones esporádicas en este medio: desde Picasso a Fontana, como a quienes lo han adoptado como medio de expresión permanente. Es el caso de José Antonio Sarmiento, un pintor que, como el gran Arcadio Blasco, sustituyó los pinceles por la arcilla.

El trabajo reciente que conforma esta exposición, posee un declarado aroma japonés, y no sólo porque el artista haya producido sus piezas en un horno anagama-noborigama que él mismo ha construido tras su estancia japonesa, sino también por la materialidad de las piezas e incluso por la instauración de un ambiente verdaderamente zen, reforzado con música, fruto de un exquisito montaje. En efecto, hay mucho de solemne en este recinto que enfatiza el vacío, dejando que las piezas reposen a unos centímetros del suelo, como queriendo evitar cualquier interferencia espacial. En el fondo de la sala, a modo de signo definidor de la muestra, una finísima tela acoge un gesto circular que bien podría leerse como la síntesis del proceso central de su trabajo: el giro continuo; un giro que encarna por una parte el propio sentido de la cerámica, pues de ese modo se gesta el torneado, pero que en este caso adquiere otro específico, al convertirse en la vía de expresión de la acción gestual, objetivo central de este trabajo.

Estas cerámicas están concebidas como objetos que acogen la representación genérica de espacios reales; es decir, la representación de paisajes. Son los ambientes propiciados en cada momento por las condiciones atmosféricas las que quedan inscritas en estas superficies: tierras, luces, oscuridades. Pero al mismo tiempo el artista exalta el proceso de elaboración, como lo hiciera la pintura de acción: el torneado, el modelado, y por supuesto el desarrollo más largo que tiene lugar en el horno donde las cenizas y los esmaltes se consolidan dejándole sesgo del movimiento sobre la superficie. Y a ello se añade esa intervención previa del artista sobre la materia, que Kosme de Barañano ha tildado de desmoldeado, porque quiebra, en pos de una mayor potencia expresiva, la regularidad del contorno. De manera que el resultado final son círculos de gran consistencia matérica, alterados en su lógica geométrica que reflejan una gran actividad física tanto en sí mismos como en los gestos que acogen. Gestos detenidos en un momento de su largo viaje tras haber atrapado diferentes paisajes, ahora silenciados; gestos de materia activa, gestos de tierra y fuego.

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3 comentarios »

  1. Ustedes ponen que yakishime (焼き〆) es el término japonés que se refiere a las piezas cerámicas realizadas en hornos de leña de alta temperatura, a las huellas del gran fuego: es decir a los efectos naturales de las cenizas acumuladas, a los flameados (pinceladas de fuego).
    Pues bien, la palabra yakishime consta de dos palabras yaki (焼き)y shime (〆), que quieren decir cocer y cerrar respectivamente. La palabra yakishime, en japones, se refiere a las ceramicas que estan cocidas SIN esmalte, es decir que queda totalmente cerrado el barro (sin poros) sin necesidad de esmaltes que lo impermeabilicen. No es necesario ni que tengan pinceladas de fuego, ni que esten cocidas con leña, ni a ninguna temperatura en especial (hay pastas que cierran a 1250 y con una hora de mantenimiento de temperatura). 12 años llevo en Japon cociendo teteras de yakishime con horno electrico.
    Por favor, no inventen significados a las palabras.

  2. Estimado Jorge:

    Siempre es enriquecedor confrontar diversos puntos de vista. Le puedo asegurar que no me he inventado nada.

    Contestando a su observación, efectivamente el término japonés «Yakishime» genéricamente se refiere a cerámica gresificada (o con el poro cerrado sin necesidad de esmalte, como usted bien dice).

    Sin embargo, los ejemplos tradicionales de cerámica Yakishime, que inspiraron este trabajo concreto al que nos referimos, proceden de los seis principales centros alfareros, o los seis antiguos hornos (rokkouyo): Bizen, Shigaraki, Echizen, Iga, Tokoname, y Tamba. Esto quiere decir que por la antigüedad de esta tradición, desde los tiempos en los que evidentemente no existían hornos eléctricos, el combustible es la leña y por lo tanto las piezas Yakishime (impermeabilizadas sin esmalte) contienen también todas las huellas y efectos propios del fuego blanco que he descrito.

    Ahora bien, que las piezas que usted hace están hechas en horno eléctrico, a más o menos temperatura, con el poro cerrado, y las denomina «yakishime»… bueno pues bien; imagino que tendrá sus razones. Sin embargo al no estar cocido con leña no es lo que genéricamente (ni tradicionalmente) se suele entender como tal. De todas formas tampoco me parece mal que utilice el término si lo desea, al respecto no puedo extenderme más porque no conozco ni su trabajo ni sus motivos. Para describir las cerámicas cocidas con horno eléctricos, como usted sabe seguramente mejor que yo, el japonés emplea otros términos.

    Lo único que sí puedo decir es que los ceramistas que conozco, bien en Japón y en Occidente (artistas y artesanos relevantes, que hacen trabajos en esta línea que hemos descrito: cerámica sin esmaltar), todos ellos trabajan con leña y en alta temperatura.

    Para más información sobre este tema, también pensando en nuestros lectores, aconsejo los siguientes enlaces:
    en YAKIMONO: Style Yakishime, por Robert Yellin
    SHIHO KANZAKI, anagama pots

    El término «Yakishime» en esta exposición de José Antonio Sarmiento, se ha empleado como título de la exposición y en un sentido genérico. Su obra no es en absoluto tradicional, aunque en este caso si se inspira en esta tradición de los hornos anagama y noborigama, mayoritariamente utilizados en la cerámica yakishime. En alguna de las obras de esta muestra, agrupadas con este título, insisto, el artista puede permitirse alguna sutil pincelada de esmalte, pero genéricamente todo el trabajo está vitrificado SIN esmalte, y las grandes superficies que parecen esmaltadas son en realidad la ceniza natural de la cocción -aunque convertida en esmalte por la temperatura-. De todas formas, creo que lo que usted ha hecho es sacar unas palabras de contexto. Lo que realmente se subraya en el texto, y nos importa, es la calidad artística de la obra.

    Es cierto que en Japón hay términos específicos para describir cada uno de los determinados efectos de los flameados de leña como Hi-iro, o Hidashuki,etc (en otra entrada del blog hemos hablado de ello: ver índice «Paisajes: Keishiki»). Pero aquí no hemos querido entrar en conceptos de lingüistica sino que se ha interpretado el enunciado de la muestra desde la poética de la arcilla desnuda, en simbiosis con el fuego de leña -en alta temperatura- y el gesto del artista.

    Para más información sobre la terminología japonesa, se puede consultar:
    en YAKIMONO: Ceramics Landscapes

    Muchas gracias por aportar su punto de vista.

  3. No entiendo mucho ded Japonés, pero lo suficiente para darme cuenta que la palabra o término yaki describe una cocción por medio de una tostación o algo cocido por un combustible y se refiere etimológicamente a la cocción por fuego ya que si uno busca la palabra yakimono aparecen lindas recetas de rostisados o de cocidos hechos en hornos de cocina y no se refiere esclusivamente a cerámica esté o no compactada o gresificada.
    Estoy por lo tanto de acuerdo que un «mono» esté tratado con leña que era el combustible por excelencia en esos centros alfareros y a la cochura con medios eléctricos o mas actuales se los clasifica en otro lugar que debido a mi poca capacidad idiomática no lo se expresar.Creo que no hubo un invento de palabra ,sí una interpretación tradicional de los objetos de gres compactos y flameados por la carácterística de la cocción tradicional.

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